Después de un par de semanas de ausencia, les dejo con un escrito de hace algún tiempo que he querido compartir nuevamente, así que ahí les va:
Hace algunos meses y haciendo algo de lectura ligera me encontré con un articulo que llamó mi atención por su enfoque en algunas de las curiosidades idiomáticas existentes (desde hace quién sabe cuanto tiempo) y que forman parte del vocabulario que los ecuatorianos usamos a diario, sumado esto a un largo viaje en taxi cruzando la ciudad de polo a polo en el cuál escuche un programa radial que tocaba un tópico similar, me decidí por compartir un resumen de estas interesantes e instructivas experiencias, de las cuales he tratado de rescatar algunos casos que se refieren a expresiones que en su mayoría nos parecen normales y hasta hubiéramos llegado a pensar que son correctas.
El primero y tal vez uno de los más interesantes es el del “playo tomate”, ya que según el articulo antes citado un ciudadano cubano de visita en el país recibió el cordial ofrecimiento de un ecuatoriano amigo suyo, el cual había ofrecido llevarlo en su viejo automóvil, a pocas cuadras el deteriorado automotor se descompuso y como es común su propietario decidió bajar y arreglar el desperfecto, en este proceso y dado que el cubano se encontraba más cerca de la caja de herramientas nuestro compatriota le pidió: “dame viendo el playo tomate”, lógicamente el extranjero no entendió absolutamente nada de esta particular solicitud, su respuesta tal vez parecida a: “¿Pero que cosa tu quieres chico?”, lógicamente debió haber sido aclarada con una explicación de lo que necesitaba : que le alcanzara la herramienta, que en todas partes se conoce como alicate y era de color anaranjado.
Este caso, como había dicho, es tal vez uno de los más interesantes ya que combina dos de los vocablos más interesantes y más arraigados en el habla no solo popular sino diaria de los ecuatorianos, claro está que todo tiene su razón de ser, o al menos una posible razón de ser; así tenemos que la sustitución del color naranja o el calificativo anaranjado por “tomate” es lógico si tomamos en cuenta que en el Ecuador las naranjas son notablemente amarillas y el que sí es anaranjado es el “tomate de árbol” cuya pulpa es de color asalmonado, obviamente este singular cambio causa asombro a los extranjeros ya que los tomates en todas partes son de color rojo, por donde uno los mire.
Esto nos lleva a analizar el segundo vocablo en cuestión “playo”, pues quién en el Ecuador entero no sabe lo que es un playo; dada mi formación como técnico en secundaría y habiendo recibido como materia por algún tiempo el inglés técnico había deducido que “playo” derivaba del inglés plier, que se traduce como alicate o tenaza, bueno pues aquí va la parte interesante de la lectura mencionada en un principio, ya que el autor, al igual que yo había pensado que estaba frente a un “anglicismo flagrante exclusivo del Ecuador,” tal como lo denomina en su articulo, lo cuál corrige posteriormente, y menciona que no es reprobable ya que un barbarismo, cualquiera que sea su origen, debe evitarse cuando empobrece el idioma o se usa en lugar de palabras castizas, no siendo este el caso, pues aquí nos encontramos con una palabra que está creando un nuevo sentido más no reemplazando al vocablo español, pues ningún ecuatoriano confundiría un playo con un alicate, siendo el primero una herramienta usada generalmente en la mecánica, grueso y con la punta roma y la otra usada comúnmente para trabajos que requieren de mayor precisión como la joyería y similares, más pequeño y puntiagudo, en todo caso dos herramientas totalmente diferentes. Lo que se ha logrado para esto es crear una nueva voz para un nuevo sentido, a lo que el autor refiere que “no hay empobrecimiento, no hay contaminación, la lengua sale fortalecida de este tipo de adquisiciones”, cabe indicar que el autor del artículo menciona que playo en Costa Rica es una voz malsonante, o sea una “mala palabra”.
Existen otros varios ejemplos que son claramente identificables y que vamos a revisar brevemente, el primero y uno de los más populares, ya que según indica el articulo es usada en varios países de América Latina ( habiendo surgido independientemente en cada nación pese a su origen notablemente inglés) es “guachimán” que significa guardián, cuidador o vigilante, claramente podemos deducir que su origen está en el inglés watchman, que en realidad tiene el mismo significado, a esto el autor suma algo que al decir verdad me había cruzado por la cabeza aunque pensé que era una idea algo descabellada y es que la reafirmación de este vocablo se puede haber dado por la existencia del apellido quichua Guachamín, en este punto no cabría duda de que hubo un guardián con este apellido, lo que pudo haber ayudado a reafirmar el uso del vocablo en cuestión.
Siguiendo con el listado encontramos la cinta adhesiva usada por los electricistas para aislar conexiones eléctricas, más conocida como taipe, la misma que tiene su origen en el inglés tape que significa cinta, cualquier tipo de cinta, aquí podríamos volver a encontrar la influencia el quichua ya que también existe un apellido Taipe, y es posible que un electricista de apellido Taipe sea la causa del uso de este vocablo, no obstante aquí de nuevo nos encontramos, como en el caso del playo, con una voz que genera un nuevo sentido ya que ningún ecuatoriano confundiría el taipe con el masking tape o el scoth tape.
La lista continua y podríamos mencionar algunos términos más, sin embargo podemos resumir que el inglés técnico al parecer ha aportado varios de estos términos que se podrían denominar “angloecuatorianismos” y que ahora se incluyen en nuestra habla diaria, sin embargo y como referían en un programa radial que tuve la suerte de escuchar en un viaje en taxi cruzando la ciudad, nuestro hablar cotidiano también está lleno de quichuismos que nos dan una identidad propia y que se han mantenido en uso a través del tiempo, inmóviles y totalmente reconocibles por todo ecuatoriano que se precie de serlo, así tenemos que al sentir frío lo más normal es que escuchemos un achachai, o si nuestro café está demasiado caliente un arrarray, si algo nos duele decimos ayayay y está también el no menos popular ¡que viva el taita del guagua!.
Bueno en conclusión podemos ver que el ser ecuatoriano no resulta nada sencillo, si tomamos en cuenta que aparte del castellano formal nuestro vocabulario está lleno de palabras y expresiones que consideramos correctas, pero que son propias del Ecuador y nos harían parecer poco más que gringos o extraterrestres si las usamos en cualquier otro país de habla hispana, igual resultado obtendríamos al incluir la gran variedad de quichuismos de uso diario, a esto habría que sumarle el tener que lidiar actualmente con la inclusión de palabras importadas tales como e-mail, software, hardware, internet, etc.
Queda claro que al pasar de los años el vocabulario popular ha ido ganando y perdiendo expresiones y palabras, y aunque nos puedan parecer del todo normales nos pueden llegar a causar una gran confusión si las utilizamos fuera del Ecuador, y si bien poseemos un vocabulario popular rico en anglicismos y quichuismos que nos dan una identidad propia, debemos ser concientes de ello y saber cuando pedir un “playo tomate” y cuando un “alicate anaranjado”.